martes, 11 de noviembre de 2014

Un verano loco III

Nos fuimos de vacaciones a la playa. Lucy estaba muy contenta, pues nunca había visto el mar. La casa era de una pareja amiga de Frank que, por dificultades económicas, habían decidido alquilarlo y quedarse en la ciudad. Los Davidson es una familia formada por los padres, dos chicos mellizos y un tercer niño. Por ello, los Davidson habían construido dos alcobas realmente grandes, una para los padres y otra para los gemelos. Además había otra alcoba más pequeña para el otro chico. Está claro la distribución de las personas. Yo dormía en la alcoba pequeña, Pat y Frank en la matrimonial y, por último, Tom y Lucy en la habitación de los mellizos.
Las vacaciones empezaron bastante normales, a pesar de la situación en que estábamos. Estábamos la mayor parte del tiempo fuera de la casa, en la playa, paseando por el paseo marítimo, tomando algo.
Durante los primeros quince días, las dos parejas se metían por la noche en su habitación y yo me que daba solo. Pero todo empezó a cambiar a mitad de mes.
Pat me dijo un día por la noche que acudiera a su dormitorio. Después de entrar cerró la puerta. Me quedé un poco sorprendido. Frank estaba allí dentro. Pat me dijo:
"Desnuda a Frank."
¡Qué!, dije sin comprender.
Entonces me pegó un bofetón y repitió:
"Desnuda a Frank. No lo voy a volver a repetir. Si no lo haces, Frank te pegará."
Me quedé sin saber que hacer pero reaccioné. Frank estaba allí parado sin hacer o decir nada. Tan confundido estaba que empezé a desabrocharle el cinturón sin pensar que para quitarle los pantalones tenía que quitarle primero las deportivas que tenía puestas. Pat me soltó un bofetón. Entonces me arrodillé y empezé a quitarle las zapatillas. Poco a poco acabó con solo los calzoncillos puestos.
"Los calzoncillos también."
Cuando lo dejé desnudo, Pat dijo:
"Ahora desnúdame a mi," dijo Pat.
Poco a poco lo hice. Cuando Pat estaba en bolas, se sentó en el borde de la cama, abrió las piernas y dijo:
"Lámeme el coño."
Ya estaba decidido a hacer todo lo que me ordenaban, fuese lo que fuese. Lo hice y Pat empezó a calentarse, su coño empezó a ponerse jugoso y lubricado. Cuando a ella le pareció bastante, me separó de ella, se puso de pie y me ordenó que le chupara la polla a Frank. Tras unos segundos de duda, empecé a hacerlo. Su polla, que ya en estado flácido era más grande que la mía en estado erecto, se puso grande y dura. Pat me apartó y se echó encima de la cama con las piernas abiertas.
"Fóllame Frank".
No tardó ni un segundo en hacerlo. Se me puso dura y me hice una paja. Todo fue fantástico y los tres disfrutamos como locos.

Un verano loco IV.